Editorial

4-S: a un año del plebiscito constitucional

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Al cumplirse un año del plebiscito de salida en que fue rechazada rotundamente la propuesta de la Convención Constitucional (CC), conviene recalcar al menos dos dimensiones de dicha votación: el sentido y la escala.

El rechazado fue un texto que -tras una tormentosa gestación de un año que incluyó episodios francamente lamentables- planteaba un proyecto refundacional de Chile en su sistema político, económico, territorial, judicial y social. Ello no sólo excedía con creces, en su alcance y su radicalismo, el mandato entregado a la Convención, sino que también condenaba al país a una inevitable espiral de tensionamiento sociopolítico e incertidumbre económica.

En más de un sentido, el texto rechazado hace un año obedecía más al espíritu del “octubrismo” que al “reformismo”.

La crítica de que, en más de un sentido, el texto obedecía al espíritu del “octubrismo” antes que al “reformismo” se justificaba por completo.

En cuanto a la escala, con votación obligatoria, el plebiscito constitucional de salida fue la elección más concurrida en nuestra historia, y participaron prácticamente el doble de votantes que en el de entrada casi dos años antes (13 millones vs 7,5 millones). A favor del texto votó un millón de electores menos de los que habían aprobado cambiar la Constitución; en tanto, lo rechazaron casi 8 millones de personas, cinco veces más que los que se habían opuesto a crear la CC. Esa abrumadora derrota de 38% del Apruebo versus el 62% del Rechazo es la medida del fracaso de la Convención, como de los sectores políticos que aplaudieron su trabajo, en primer lugar el Presidente y sus ministros.

Una muestra de la decepción que generó CC en los chilenos es que su sucesora es de signo político opuesto por amplia mayoría. Aunque no sin aspectos perfectibles, el actual proceso constitucional que culminará en el plebiscito del próximo 17 de diciembre ha sido drásticamente distinto -y mejor- al anterior, en el fondo y en las formas. Y sin embargo el Consejo Constitucional trabaja en un clima general de relativa apatía ciudadana que pone en riesgo que llegue a buen puerto una nueva propuesta de carta fundamental.

El Rechazo del 4 de septiembre de 2022 fue un contundente voto de confianza en Chile. Un segundo Rechazo en diciembre próximo sería algo muy distinto.

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